En el segundo año de la gestión redonda, las cosas cambiaron en perio.
Desde principios del año pasado, con el cambio político, después de veinte años de la agrup. Rodolfo Walsh, los estudiantes independientes de la facu pudieron comenzar a participar del mismo, sin comprometerse con ninguna agrupación o partido, como debe ser.
La propuesta es: estudiantes participando y construyendo todo el año, desde las comisiones (cultura, género, asuntos estudiantiles, comunicación, dd.hh, y las que se vayan sumando).
También entendemos que las decisiones que nos competen a tod@s l@s estudiantes, deben ser decididos entre tod@s. Por eso desde el comienzo de nuestra gestión, tomamos a la asamblea como máximo órgano de participación y decisión estudiantil.
Entre estos dos años construímos, participamos y decidimos en diferentes asambleas (reforma de estatutos, con abolición de cargos jerárquicos en la construcción del centro, democratización de las extensiones, y este año por los espacios negados a tod@s l@s actor@s de la facu).
Creemos necesaria la participación y compromiso de tod@s l@s estudiantes para seguir construyendo este centro, que no pertenece a las agrupaciones que componen el frente, sino a tod@s.
Te invitamos a que te sumes a trabajar a las distintas comisiones del centro de estudiantes, asi como a que te acerques ante cualquier duda o sugerencia.
Construyamos un centro entre tod@s con nuestras herramientas comunicacionales, para transformar lo impuesto.
"COMUNICAR PARA TRANSFORMAR. PARTICIPAR PARA CONSTRUIR"
viernes, 21 de diciembre de 2007
miércoles, 19 de diciembre de 2007
A seis años del 19 y 20 de diciembre de 2001
A seis años del 19 y 20 de diciembre de 2001
“Es como si estuvieran aquí, a esta hora. Algunos me miran, otros me dicen cosas. Yo les sonrío y a veces les respondo. Sé que tarde o temprano iré tras ellos. Tarde o temprano la vida me pondrá por delante y saltaré al camino”.
(Como un león, Haroldo Conti)
20 de diciembre, 17 horas. Plaza Congreso. Marcha a Plaza de Mayo por el 6º aniversario de la rebelión popular
Durante las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, el repudio a un modelo económico y político se hizo sentir en todo el país. Treinta y ocho compañeros/as fueron asesinados/as por las fuerzas represivas, que respondieron las órdenes de un Estado criminal. El poder político a nivel nacional y provincial instó a la represión. Las fuerzas de seguridad la ejecutaron y el poder judicial ocultó y favoreció a los autores materiales e intelectuales de las 38 víctimas y de los centenares de heridos y detenidos ilegalmente.
El Estado no sólo asesinó sino que también actuó con impunidad: los responsables políticos no fueron condenados; los materiales fueron sobreseídos, esperan la sentencia u obtuvieron penas irrisorias.
El gobierno de De la Rúa ejerció una “limpieza social” durante las jornadas del 19 y 20 de diciembre, criminalizó la protesta que se expresó como oposición a un sistema político y económico. Este repudió se manifestó tanto en las jornadas de lucha y resistencia, como en el reclamo ante los supermercados por un bolsón de comida, y en las distintas formas organizativas que fueron desde los espacios asamblearios, pasando por las fábricas recuperadas hasta los movimientos de trabajadores desocupados.
La economía argentina a dos años de la asunción del gobierno de la Alianza , se encontraba en una gran depresión, el índice de desocupación llegaba al 20 por ciento, las políticas económicas dictadas por el presidente significaban más ajuste. El anunciado blindaje económico, que supuestamente daría aire a ese gobierno para seguir maniobrando, duró un suspiro. Las medidas económicas anunciadas por López Murphy generaron un repudio tan grande que aceleró la salida del entonces ministro de Economía. La llegada de Domingo Cavallo no hizo más que profundizar esa crisis, y, "corralito" mediante, las capas medias se unieron a las luchas que venían siendo protagonizadas por los sectores más empobrecidos.
Como respuesta a la crisis se profundizaron los paros y movilizaciones de los trabajadores ocupados, en repudio al creciente desempleo y al deterioro de las condiciones laborales, mientras que los sectores desocupados organizados en el movimiento piquetero intensificaron sus reclamos de trabajo y planes sociales. En ese contexto, se desarrolló el 19 y 20 de diciembre de 2001.
Seis años después, el CELS, CORREPI y la Liga Argentina por los Derechos Humanos presentaron una queja por “retardo de justicia” ante la Cámara Federal de Apelaciones y reclamaron que el juez federal Claudio Bonadío eleve la causa a juicio oral. Entre los imputados se encuentran el ex secretario de seguridad, Enrique Mathov, el ex jefe de la Policía Federal Argentina, Rubén Santos, y los Comisarios Norberto Gaudiero y Raúl Andreozzi.
Por otro lado, el juez Bonadío procesó hace poco a De la Rua por los homicidios de la Plaza de Mayo el 20 de diciembre de 2001, lo que su defensa apeló. Su línea de descargo, hasta ahora, fue decir que no sabía lo que pasaba, porque no vio televisión, no escuchó radio, no se asomó a las ventanas ni nadie le avisó que el país estaba en llamas y sus policías mataban gente en las calles cumpliendo su orden de despejar la plaza. Pero ahora su argumento cambió: dice que no fue él, sino que la culpa la tuvo su ministro del interior, Ramón Mestre, que se murió justo cuando se lo iba a indagar.
Para De la Rua, él era "ajeno a la disposición o conducción del operativo policial". Lo que no dice es que, como presidente, tenía la potestad de interrumpir, suspender o terminar con la represión que había ordenado.
A seis años, la manifestación y protesta no se encauzaron en un movimiento de unidad. Por el contrario la fragmentación sigue siendo hoy un signo característico de la sociedad en su conjunto. Sólo la unidad de las fuerzas clasistas y de intención revolucionaria será indispensable para revertir este panorama
Fuentes: CORREPI Sur (Coordinadora contra la represión policial) y ANRed (Agencia de noticias redacción)
“Es como si estuvieran aquí, a esta hora. Algunos me miran, otros me dicen cosas. Yo les sonrío y a veces les respondo. Sé que tarde o temprano iré tras ellos. Tarde o temprano la vida me pondrá por delante y saltaré al camino”.
(Como un león, Haroldo Conti)
20 de diciembre, 17 horas. Plaza Congreso. Marcha a Plaza de Mayo por el 6º aniversario de la rebelión popular
Durante las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, el repudio a un modelo económico y político se hizo sentir en todo el país. Treinta y ocho compañeros/as fueron asesinados/as por las fuerzas represivas, que respondieron las órdenes de un Estado criminal. El poder político a nivel nacional y provincial instó a la represión. Las fuerzas de seguridad la ejecutaron y el poder judicial ocultó y favoreció a los autores materiales e intelectuales de las 38 víctimas y de los centenares de heridos y detenidos ilegalmente.
El Estado no sólo asesinó sino que también actuó con impunidad: los responsables políticos no fueron condenados; los materiales fueron sobreseídos, esperan la sentencia u obtuvieron penas irrisorias.
El gobierno de De la Rúa ejerció una “limpieza social” durante las jornadas del 19 y 20 de diciembre, criminalizó la protesta que se expresó como oposición a un sistema político y económico. Este repudió se manifestó tanto en las jornadas de lucha y resistencia, como en el reclamo ante los supermercados por un bolsón de comida, y en las distintas formas organizativas que fueron desde los espacios asamblearios, pasando por las fábricas recuperadas hasta los movimientos de trabajadores desocupados.
La economía argentina a dos años de la asunción del gobierno de la Alianza , se encontraba en una gran depresión, el índice de desocupación llegaba al 20 por ciento, las políticas económicas dictadas por el presidente significaban más ajuste. El anunciado blindaje económico, que supuestamente daría aire a ese gobierno para seguir maniobrando, duró un suspiro. Las medidas económicas anunciadas por López Murphy generaron un repudio tan grande que aceleró la salida del entonces ministro de Economía. La llegada de Domingo Cavallo no hizo más que profundizar esa crisis, y, "corralito" mediante, las capas medias se unieron a las luchas que venían siendo protagonizadas por los sectores más empobrecidos.
Como respuesta a la crisis se profundizaron los paros y movilizaciones de los trabajadores ocupados, en repudio al creciente desempleo y al deterioro de las condiciones laborales, mientras que los sectores desocupados organizados en el movimiento piquetero intensificaron sus reclamos de trabajo y planes sociales. En ese contexto, se desarrolló el 19 y 20 de diciembre de 2001.
Seis años después, el CELS, CORREPI y la Liga Argentina por los Derechos Humanos presentaron una queja por “retardo de justicia” ante la Cámara Federal de Apelaciones y reclamaron que el juez federal Claudio Bonadío eleve la causa a juicio oral. Entre los imputados se encuentran el ex secretario de seguridad, Enrique Mathov, el ex jefe de la Policía Federal Argentina, Rubén Santos, y los Comisarios Norberto Gaudiero y Raúl Andreozzi.
Por otro lado, el juez Bonadío procesó hace poco a De la Rua por los homicidios de la Plaza de Mayo el 20 de diciembre de 2001, lo que su defensa apeló. Su línea de descargo, hasta ahora, fue decir que no sabía lo que pasaba, porque no vio televisión, no escuchó radio, no se asomó a las ventanas ni nadie le avisó que el país estaba en llamas y sus policías mataban gente en las calles cumpliendo su orden de despejar la plaza. Pero ahora su argumento cambió: dice que no fue él, sino que la culpa la tuvo su ministro del interior, Ramón Mestre, que se murió justo cuando se lo iba a indagar.
Para De la Rua, él era "ajeno a la disposición o conducción del operativo policial". Lo que no dice es que, como presidente, tenía la potestad de interrumpir, suspender o terminar con la represión que había ordenado.
A seis años, la manifestación y protesta no se encauzaron en un movimiento de unidad. Por el contrario la fragmentación sigue siendo hoy un signo característico de la sociedad en su conjunto. Sólo la unidad de las fuerzas clasistas y de intención revolucionaria será indispensable para revertir este panorama
Fuentes: CORREPI Sur (Coordinadora contra la represión policial) y ANRed (Agencia de noticias redacción)
martes, 18 de diciembre de 2007
Posición del Centro de Estudiantes de Periodismo y la FULP con respecto a la creación de la Tecnicatura Universitaria en Periodismo Deportivo
La Plata, 18 de Diciembre de 2007
Posición del Centro de Estudiantes de Periodismo y la FULP con respecto a la creación de la Tecnicatura Universitaria en Periodismo Deportivo
Quienes integramos el Centro de Estudiantes de Periodismo y Comunicación Social y la Federación Universitaria de La Plata, queremos dejar constancia de nuestra disconformidad con respecto al expediente Nº 2700-3242/07 correspondiente a la creación de la “Tecnicatura Universitaria en Periodismo Deportivo”.
Esta posición política tiene sus fundamentos en los siguientes elementos:
En primer lugar, comprendemos que las Tecnicaturas son una de las herramientas que el Banco Mundial, a través de la Ley de Educación Superior, utilizó para desarmar la Educación Superior, supeditándola y adaptándola a las demandas del Mercado Laboral, por medio de la degradación del título de grado.
En este sentido, sostenemos la necesidad de modificar la Ley de Educación Superior, y por esta razón, nos oponemos a llevar adelante los mecanismo que dicha ley a constituido para la Educación Pública.
Si bien es urgente y necesario que la Universidad Pública forme Periodistas Deportivos, terreno allanado completamente por instituciones educativas privadas, entendemos que dicha formación no puede darse por medio de una Tecnicatura. La problematización crítica acerca de la realidad del deporte, en tanto fenómeno social, cultural y político, debe abordarse desde una perspectiva científica, crítica e interdisciplinaria; desde una mirada abarcadora, desde las Ciencias Sociales. De lo contrario, estaríamos avalando la formación de un Profesional que, lejos de comprender al Deporte en su contexto histórico y social, se reduciría a la elaboración de críticas del desempeño de algún deportista, al recitado de los resultados de algunos partidos, etc. De esta manera, no haría más que reproducir la formación de las instituciones privadas.
En este sentido, entendemos que la formación del periodista debe ser planteada desde una perspectiva integral, que descarte la fragmentación, que plantee problemáticas en torno a la realidad del deporte, y que no sea un mero técnico en el ejercicio de la profesión.
Sostenemos que el abordaje del periodismo deportivo no debe circunscribirse a una instancia aislada de la formación del periodista. El deporte es una de las tantas ramas del ejercicio de la profesión y con este tipo de propuestas se estaría negando la formación en otros ámbitos (política, economía, sociales, cultura, etc.) del futuro Técnico en Periodismo Deportivo. Incluso, las materias que se proponen en este proyecto sostienen esta posición: el hecho que de un total de 22 (veintidós) materias, 15 (quince) tengan sus correspondientes equivalencias con las materias del Ciclo Común del actual Plan de Estudios de la Facultad, confirma que el deporte no debe escindirse de la formación integral del Comunicador Social.
La realidad social nos demanda comunicadores sociales preparados en las distintas especialidades (política, deporte, cultura, etc.) y no meros técnicos. Hecho que históricamente nos diferencia a la Universidad Pública de las propuestas privadas de formación. Con la aprobación de esta Tecnicatura, se estaría avalando los lineamientos de la L.E.S., se degradaría el titulo de grado, y se menospreciaría la formación integral de la Universidad Publica en la UNLP.
En segundo lugar, el proyecto presentado para la creación de la “Tecnicatura Universitaria en Periodismo Deportivo” contiene las siguientes irregularidades, apreciaciones incorrectas o con falta de argumentos que les den sustento:
o No existe una argumentación de por qué se está proponiendo una Tecnicatura y no la constitución de una especialización, orientación o licenciatura.
o No se hace referencia a la forma bajo la cual se constituirá el plantel docente. En la página 1 del proyecto de “Tecnicatura Universitaria en Periodismo Deportivo”, en la que se nombran los contenidos de la propuesta, figura como último punto “Cuerpo Académico”, mientras que lo precede “Carga horaria de materias”. Sin embargo, cuando se va a la página posterior al detalle de la carga horaria de las materias, esa página (22) está en blanco.
Es menester consignar que en la primera reunión de la Comisión de Enseñanza del Consejo Académico de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, circularon dos proyectos, uno –el oficial- consignado en el expediente y el otro que fue presentado por quienes se dieron a conocer en esa Comisión como los creadores del proyecto. Este otro proyecto sí tenía un desarrollo del ítem “Cuerpo Académico”. Allí constaba que los docentes serían designados por las autoridades de acuerdo a sus antecedentes en la rama y en la materia que se tratare, también se recurriría a graduados, periodistas deportivos de la región y a docentes de las institutos privados de periodismo deportivo. Es decir, todos mecanismos contrarios a lo que establece el Estatuto de la UNLP y las ordenanzas correspondientes al cubrimiento de puestos docentes, o sea, contrario a la provisión de los cargos por Concurso Docente.
o En el ítem “Descripción de los objetivos y contenidos” que se extiende desde la página 13 a la 17, no se especifican los objetivos de ninguna de las materias, asimismo sólo se consignan los contenidos mínimos de las siguientes materias: Taller de Análisis de la Información, Comunicación y Teorías, Comunicación y Medios, Taller de Comprensión y Producción de Textos, Culturas Populares y Deporte, Opinión Pública, Comunicación y Cultura, Técnicas de Análisis del Discurso y Técnicas de Investigación Social. Es decir, no se especifican los contenidos de 8 (ocho) de las 19 (diecinueve) materias. A su vez, no hay ninguna indicación sobre la forma que tomarían los dos Seminarios Interdisciplinarios que se cursan en Tercer Año.
o En el proyecto se hacen apreciaciones tales como “la demanda de información deportiva es vital en nuestras sociedades” (Pág. 2) o “los jóvenes expresan su interés por formar parte de este proceso” (Pág. 3). Incluso, en las distintas instancias institucionales en las que se discutió la resolución de este expediente, los Consejeros Académicos e integrantes de la Comisión de Enseñanza que dieron aval a esta Tecnicatura marcaron como uno de los principales argumentos de su creación la gran demanda de estudiantes por la carrera de Periodismo Deportivo. Sin embargo, con el proyecto no se presenta ningún trabajo de campo o demostración empírica que lo demuestre.
Es más, nos permitimos refutar el único argumento que se presenta. En el expediente se deja constancia que “este fenómeno se aprecia en esta Unidad Académica en la elección de los temas de investigación que hacen los alumnos al momento de elaborar su tesis de grado” (Pág. 4). Sin embargo, cualquiera de los integrantes de la Comisión de Investigación y Postgrado del Consejo Académico, directores de tesis, jurados, etc.; pueden dar cuenta que el principal tema de investigación es el análisis del discurso y no el deporte.
Por último, es importante retrotraernos a las escasas discusiones que se dieron a fines de 2005 en Periodismo en momentos de la reforma del Plan de Estudios. En aquel entonces, en ninguna instancia y por parte de ningún actor institucional se dio cuenta de esta gran demanda. El periodismo deportivo no fue uno de los ejes de debate en la reforma del Plan de Estudios, sin embargo ahora, a sólo dos años después, pareciera ser un reclamo desbordante.
En tercer lugar, la forma que tomó la discusión –o mejor dicho, la falta de ella- se orientó permanentemente a negar la participación de los sectores políticamente opositores al Decanato de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, a la marginación de la mayoría de los actores de la institución (docentes, graduados, estudiantes y no docentes) y al permanente ocultamiento de información.
Este proceso se inicia en el mes de febrero de 2007. En sesión ordinaria de Consejo Académico se presenta por parte de la Agrupación Rodolfo Walsh la propuesta de creación de una comisión ad hoc del Consejo Académico que discuta la creación de la carrera Periodismo Deportivo y elabore un proyecto para ello. Esta comisión tal y como lo marca el Estatuto de la UNLP debería conformarse con tres docentes, dos estudiantes y un graduado, y –tal y como es el mecanismo en Periodismo- debería ser llamada a reunión por intermedio de Secretaría Académica. Esta propuesta es aprobada de forma unánime.
Sin embargo, en sesión de Consejo Académico del mes de julio se da cuenta por parte de esta misma organización estudiantil que dicha comisión, al cabo de cinco meses, no se ha reunido. Desde el Presidente del Consejo, el Decano Alejandro Verano, se indica que en la semana entrante Secretaría Académica va a estar llamando a la conformación de dicha comisión.
Nuevamente, lo establecido en Consejo Académico no fue llevado adelante por la Secretaría Académica y la Facultad.
Pasando por encima de los mecanismos que el mismo Consejo Académico había establecido unánimemente para la creación del proyecto, en septiembre es presentado en Comisión de Enseñanza un “Proyecto Formativo de la Tecnicatura en Periodismo Deportivo”. En esa misma instancia se especifica que era producto de las distintas reuniones que habían tenido autoridades, graduados, periodistas deportivos de la región, docentes de institutos privados de Periodismo Deportivo y estudiantes.
Así las cosas, la comisión ad hoc del Consejo fue, como se dice vulgarmente, paralelada por ésta otra. Esto tuvo una lógica y única intención: eliminar del proceso de discusión y resolución a la oposición de la gestión de la Facultad, principalmente a la minoría estudiantil y al Centro de Estudiantes.
El proyecto comienza a ser discutido en esa reunión de Enseñanza y se prevé su continuación en una futura reunión.
En la segunda de las reuniones se resuelve un dictamen único por el que se acordaban los siguientes pasos para la elaboración de una propuesta: el armado de una Comisión Organizadora cuya tarea sería convocar a unas “Jornadas de Discusión sobre Periodismo Deportivo”, y a Asambleas por Claustro, espacios en los que se irían delineando las propuestas que confluirían en un Espacio Interclaustro, donde se elaboraría el proyecto para ser elevado a la Comisión de Enseñanza que, finalmente, elaboraría el dictamen que el Consejo Académico trataría.
Esta Comisión Organizadora tendría un carácter abierto, incluyendo entre sus integrantes a la Comisión Ad Hoc del Consejo que nunca se reunió y a la Comisión paralela que elaboró el proyecto formativo. Una vez más, este espacio nunca es convocado por Secretaría Académica y la Facultad.
A pesar de esto, en la siguiente sesión del Consejo Académico, el Vicedecano Claudio Gómez presentó sobre tablas la constitución de una Comisión Ejecutora que resolvería el proyecto de la Tecnicatura en Periodismo Deportivo.
Ante estas dos propuestas, se logra consensuar una tercera: el armado de una Comisión Organizadora que, respetando los tiempos de deliberación y decisión de cada claustro, abriría el debate e iría elaborando una propuesta que debería volver a Comisión de Enseñanza, para ser tratada y elevada a Consejo Académico.
Una vez más, esta comisión que fue creada por el Consejo Académico nunca fue convocada por Secretaría Académica y la Facultad.
Sin embargo, durante las dos semanas siguientes se pudieron observar afiches institucionales promocionando charlas debate sobre Periodismo Deportivo y la creación de la carrera. Estas mismas actividades eran presentadas como propias por la Agrupación Rodolfo Walsh.
Mientras desde la representación en minoría del claustro estudiantil y el Centro de Estudiantes esperabamos la conformación de la Comisión Organizadora, fuimos citados de un momento a otro a un Consejo Académico Extraordinario que tendría como único punto de resolución la creación de la “Tecnicatura Universitaria en Periodismo Deportivo”.
Entendemos que fue una provocación política al claustro estudiantil en su conjunto la citación para el día 6 de Noviembre a las 17 hs. en la Sede de Calle 4, ya que se realizó a horas del comienzo de las elecciones de representantes estudiantiles a Centro y Claustro, que se llevó a cabo durante los días 7, 8 y 9 de dicho mes. Aún más, teniendo en cuenta que el Consejo al que se nos convocó fue de carácter extraordinario, y que todavía restaban dos sesiones más del Ciclo Lectivo 2007, la de noviembre y la de diciembre, no entendemos y no compartimos el apuro por la aprobación de dicho expediente.
Por otro lado, el orden del día con el que se citó a ese Consejo Extraordinario no era el resultante del debate realizado en la última sesión del Honorable Consejo Académico, como así tampoco fue tenido en cuenta el dictamen de la Comisión de Enseñanza.
Ninguno de estos pasos fue respetado, desconociéndose así las instancias institucionales que la propuesta de “Carrera de Tecnicatura” debía recorrer para poder ser tratada en Comisión de Enseñaza y, mediante un dictamen favorable, poder recién entonces ser elevada y aprobada en el Consejo Académico.
Por esta razón, el expediente que hoy se está tratando no tiene ningún dictamen de la Comisión de Enseñanza, es decir, no se le permitió a esta Comisión recomendar o no la aprobación de este proyecto.
Tal fue el apuro por aprobar el expediente que se desconocieron las mismas instancias institucionales que las autoridades de esta Facultad dicen defender.
A su vez, no comprendemos qué negociados giran entorno a esta Tecnicatura, que no permite construir la formación del periodista deportivo en el marco de una especialización gratuita o contenido en la carrera de grado enmarcada en una orientación o licenciatura.
Es curioso observar como en la sesión Extraordinaria que aprobó el proyecto en ningún momento se intento mantener –salvo por parte de la minoría estudiantil- un debate sobre las implicancias de la creación de este tipo de carreras, sobre contenidos, correlatividades, estructura de la carrera, implementación, etc. Los únicos elementos que se abordaron desde el resto de los consejeros y el Decano fue sobre la necesidad de disputarle la formación de Periodistas Deportivos a los Institutos Privados, que la carrera se crea por la gran demanda y que es gratuita. Esos fueron los únicos ejes en torno a la Tecnicatura que se abordaron, dejando todos los demás de lado. Los otros elementos en los que más énfasis se hizo fueron en torno a la situación política del claustro estudiantil, más específicamente a la reforma del estatuto del Centro de Estudiantes, y en torno a la posición política de la actual conducción del Centro de Estudiantes en 2005 durante la reforma del Plan de Estudios.
En ningún momento se discutió en alguna instancia institucional el proyecto presentado. Es curioso que el mismo proyecto que en septiembre se dio a conocer en Comisión de Enseñanza como “Proyecto Formativo” sea exactamente el mismo que hoy este Consejo Superior está tratando. Si era un proyecto formativo, suponía el complemento del mismo del fruto de la discusión entre los actores institucionales de la Facultad. Las autoridades presentaron estas charlas-debate que realizaron por fuera de los marcos establecidos y con ejes de discusión distintos a los propuestos por la Comisión de Enseñanza y el Consejo Académico, como el complemento y la discusión del Proyecto Formativo. Sin embargo, el hecho que el proyecto formativo haya resultado ser el que hoy se trata demuestra la falsedad de los argumentos esgrimidos por el Decano y sus consejeros académicos afines.
En cuarto lugar, creemos que la forma de implementación de la carrera debe ser discutida y resuelta conjuntamente con la creación de la carrera, y no debe ser abordada a medida que se va desarrollando la Tecnicatura.
Entre los puntos que creemos necesarios resolver se encuentran los que se detallan a continuación:
o Recursos económicos, materiales y humanos: la creación de una nueva carrera y el consecuente aumento de la matrícula de la Facultad, implica la creación de nuevos cargos, la realización de concursos docentes, la necesidad de más no docentes y el aumento de los recursos materiales. Sin embargo, es incierto de qué modo afrontará estos gastos la Facultad con el presupuesto que actualmente le destina la Universidad en base a lo que a su vez percibe del Estado.
Es significativo que este proyecto no haya sido sometido a la Comisión de Economía y Finanzas del Consejo Académico de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Asimismo, el dictamen único de la Comisión de Economía y Finanzas del Consejo Superior sostiene que para la implementación de la carrera, la Universidad no destinara nuevos fondos a la Facultad, la que deberá afrontar con su ya escaso presupuesto la apertura de la Tecnicatura.
Actualmente, el espacio áulico con que cuenta la Facultad es insuficiente y esta situación no encontrará su solución hasta en tanto y en cuanto no se disponga de todas las instalaciones previstas para Periodismo en su nueva sede del bosque. Hay que recordar que el edificio que se estará inaugurando este viernes 21 sólo contempla la primera etapa de la construcción, la que en disposición de aulas no es significativamente mayor con la que cuenta el edificio “Miguel Brú” de calle 4 entre 43 y 44.
Hay un antecedente fuerte que marca la necesidad de discusión y resolución de estas cuestiones de forma previa: en 1999 se creó la Tecnicatura en Turismo en la Facultad de Ciencias Económicas y ante la gran cantidad de inscriptos esa Unidad Académica se vio desbordada al no contar con los recursos humanos, materiales y económicos necesarios.
o Cargos docentes: no hay certidumbre alguna sobre cómo serán provistos los nuevos cargos docentes. SI bien hay varias materias de la Tecnicatura que existen en el Ciclo Común del actual Plan de Estudios, hay otras nuevas que deberán conformar su plantel docente. Asimismo, el aumento de la matrícula supondría el aumento de los cargos docentes en las cátedras ya existentes. Estamos convencidos que los cargos docentes deben ser provistos por medio de la realización de concursos docentes transparentes y democráticos previamente al comienzo de las clases.
o Término de la carrera: aún no está definido si la Tecnicatura tendrá una duración a término (es decir, con una inscripción de sólo un año) y tendrá su inscripción en los sucesivos años. No es un elemento menor, ya que condiciona las condiciones de cursada. Estas situaciones ya tienen su realidad en algunas de las extensiones áulicas con que cuenta la Facultad, en donde al no haber renovación de los convenios con los Municipios o privados, el estudiante se encuentra obligado a aprobar todas y cada una de las materias en los tiempos ideales que marca el Plan de Estudios, ya que no hay certeza alguna de si podrá o no cursar esa materia al año siguiente.
o Políticas de Extensión Universitaria e Investigación: es necesario definir de qué forma se abordará el deporte como campo de conocimiento académico desde la Extensión Universitaria y la Investigación.
o Articulación entre las carreras ya existentes y la Tecnicatura: la creación de una carrera de esta naturalidad tendrá sus diferentes implicancias en la vida institucional. Así entonces, ¿qué pasará con la Licenciatura y el Profesorado que ya se dictan conviviendo académicamente con la Tecnicatura en Periodismo Deportivo? Además, todavía no se ha definido si aquellas materias que sean comunes al actual Plan de Estudios y la Tecnicatura, tendrán cursadas únicas con estudiantes tanto de la licenciatura, profesora y Tecnicatura; o si habrá cursadas especificas para los estudiantes de Periodismo Deportivo.
Todas estas son cuestiones que hacen a la discusión y no deben quedar libradas al azar, sino que deben ir de la mano de la aprobación de la Tecnicatura en si.
Que las autoridades de la Facultad de Periodismo y aquellos consejeros académicos que aprobaron la Tecnicatura, no quieran abordar la implementación no un error inocente que comenten. Todo este terreno de incertidumbres le allana el camino a la gestión de Periodismo para implementar la Tecnicatura Universitaria en Periodismo Deportivo a gusto y placer.
Así se facilitaría el uso de los cargos docentes como prebenda política y direccionamiento del claustro docente. Al no existir concursos docentes, estos deberán ser designados por el Consejo Académico en donde la gestión de la Facultad tiene la amplia mayoría. Con esto, utilizarán las designaciones para garantizarse una planta docente fiel a su política y para bloquear cualquier tipo de oposición dentro del Claustro de Docentes.
En cuanto a las prácticas profesionales, la apertura de esta Tecnicatura, bajo las demandas del mercado, servirá para que la Facultad lucre aún más con lo que, so pretexto Extensión Universitaria, son los “servicios a terceros”. En este caso, servicios tiene su sinónimo en dinero y terceros en empresas.
Teniendo en cuenta todos estos elementos que en este momento ponemos en común, es que votamos por el dictamen por minoría elaborado en la Comisión de Enseñanza del Consejo Superior e invitamos al resto de los integrantes del Cuerpo a seguir nuestra posición, para que el expediente retorne a la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, y se respeten los espacios constituidos desde la Comisión de Enseñanza de dicha Unidad Académica para la elaboración del proyecto, el que debe ser producto de la discusión confraterna de la mayoría de los elementos que conformamos la Universidad: docentes, graduados, estudiantes y no docentes.
Proponemos también optar por el dictamen por minoría de Enseñanza porque comprendemos que las Tecnicaturas son una de las herramientas que el Banco Mundial, a través de la Ley de Educación Superior, utilizó para desarmar la Educación Superior, supeditándola y adaptándola a las demandas del Mercado Laboral, por medio de la degradación del título de grado. Proponemos su rechazo porque entendemos que hay que defender la Educación Pública y no degradarla.
C.E.P.y.C.S.
Centro de Estudiantes de Periodismo y Comunicación Social
F.U.L.P.
Federación Universitaria de La Plata
Posición del Centro de Estudiantes de Periodismo y la FULP con respecto a la creación de la Tecnicatura Universitaria en Periodismo Deportivo
Quienes integramos el Centro de Estudiantes de Periodismo y Comunicación Social y la Federación Universitaria de La Plata, queremos dejar constancia de nuestra disconformidad con respecto al expediente Nº 2700-3242/07 correspondiente a la creación de la “Tecnicatura Universitaria en Periodismo Deportivo”.
Esta posición política tiene sus fundamentos en los siguientes elementos:
En primer lugar, comprendemos que las Tecnicaturas son una de las herramientas que el Banco Mundial, a través de la Ley de Educación Superior, utilizó para desarmar la Educación Superior, supeditándola y adaptándola a las demandas del Mercado Laboral, por medio de la degradación del título de grado.
En este sentido, sostenemos la necesidad de modificar la Ley de Educación Superior, y por esta razón, nos oponemos a llevar adelante los mecanismo que dicha ley a constituido para la Educación Pública.
Si bien es urgente y necesario que la Universidad Pública forme Periodistas Deportivos, terreno allanado completamente por instituciones educativas privadas, entendemos que dicha formación no puede darse por medio de una Tecnicatura. La problematización crítica acerca de la realidad del deporte, en tanto fenómeno social, cultural y político, debe abordarse desde una perspectiva científica, crítica e interdisciplinaria; desde una mirada abarcadora, desde las Ciencias Sociales. De lo contrario, estaríamos avalando la formación de un Profesional que, lejos de comprender al Deporte en su contexto histórico y social, se reduciría a la elaboración de críticas del desempeño de algún deportista, al recitado de los resultados de algunos partidos, etc. De esta manera, no haría más que reproducir la formación de las instituciones privadas.
En este sentido, entendemos que la formación del periodista debe ser planteada desde una perspectiva integral, que descarte la fragmentación, que plantee problemáticas en torno a la realidad del deporte, y que no sea un mero técnico en el ejercicio de la profesión.
Sostenemos que el abordaje del periodismo deportivo no debe circunscribirse a una instancia aislada de la formación del periodista. El deporte es una de las tantas ramas del ejercicio de la profesión y con este tipo de propuestas se estaría negando la formación en otros ámbitos (política, economía, sociales, cultura, etc.) del futuro Técnico en Periodismo Deportivo. Incluso, las materias que se proponen en este proyecto sostienen esta posición: el hecho que de un total de 22 (veintidós) materias, 15 (quince) tengan sus correspondientes equivalencias con las materias del Ciclo Común del actual Plan de Estudios de la Facultad, confirma que el deporte no debe escindirse de la formación integral del Comunicador Social.
La realidad social nos demanda comunicadores sociales preparados en las distintas especialidades (política, deporte, cultura, etc.) y no meros técnicos. Hecho que históricamente nos diferencia a la Universidad Pública de las propuestas privadas de formación. Con la aprobación de esta Tecnicatura, se estaría avalando los lineamientos de la L.E.S., se degradaría el titulo de grado, y se menospreciaría la formación integral de la Universidad Publica en la UNLP.
En segundo lugar, el proyecto presentado para la creación de la “Tecnicatura Universitaria en Periodismo Deportivo” contiene las siguientes irregularidades, apreciaciones incorrectas o con falta de argumentos que les den sustento:
o No existe una argumentación de por qué se está proponiendo una Tecnicatura y no la constitución de una especialización, orientación o licenciatura.
o No se hace referencia a la forma bajo la cual se constituirá el plantel docente. En la página 1 del proyecto de “Tecnicatura Universitaria en Periodismo Deportivo”, en la que se nombran los contenidos de la propuesta, figura como último punto “Cuerpo Académico”, mientras que lo precede “Carga horaria de materias”. Sin embargo, cuando se va a la página posterior al detalle de la carga horaria de las materias, esa página (22) está en blanco.
Es menester consignar que en la primera reunión de la Comisión de Enseñanza del Consejo Académico de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, circularon dos proyectos, uno –el oficial- consignado en el expediente y el otro que fue presentado por quienes se dieron a conocer en esa Comisión como los creadores del proyecto. Este otro proyecto sí tenía un desarrollo del ítem “Cuerpo Académico”. Allí constaba que los docentes serían designados por las autoridades de acuerdo a sus antecedentes en la rama y en la materia que se tratare, también se recurriría a graduados, periodistas deportivos de la región y a docentes de las institutos privados de periodismo deportivo. Es decir, todos mecanismos contrarios a lo que establece el Estatuto de la UNLP y las ordenanzas correspondientes al cubrimiento de puestos docentes, o sea, contrario a la provisión de los cargos por Concurso Docente.
o En el ítem “Descripción de los objetivos y contenidos” que se extiende desde la página 13 a la 17, no se especifican los objetivos de ninguna de las materias, asimismo sólo se consignan los contenidos mínimos de las siguientes materias: Taller de Análisis de la Información, Comunicación y Teorías, Comunicación y Medios, Taller de Comprensión y Producción de Textos, Culturas Populares y Deporte, Opinión Pública, Comunicación y Cultura, Técnicas de Análisis del Discurso y Técnicas de Investigación Social. Es decir, no se especifican los contenidos de 8 (ocho) de las 19 (diecinueve) materias. A su vez, no hay ninguna indicación sobre la forma que tomarían los dos Seminarios Interdisciplinarios que se cursan en Tercer Año.
o En el proyecto se hacen apreciaciones tales como “la demanda de información deportiva es vital en nuestras sociedades” (Pág. 2) o “los jóvenes expresan su interés por formar parte de este proceso” (Pág. 3). Incluso, en las distintas instancias institucionales en las que se discutió la resolución de este expediente, los Consejeros Académicos e integrantes de la Comisión de Enseñanza que dieron aval a esta Tecnicatura marcaron como uno de los principales argumentos de su creación la gran demanda de estudiantes por la carrera de Periodismo Deportivo. Sin embargo, con el proyecto no se presenta ningún trabajo de campo o demostración empírica que lo demuestre.
Es más, nos permitimos refutar el único argumento que se presenta. En el expediente se deja constancia que “este fenómeno se aprecia en esta Unidad Académica en la elección de los temas de investigación que hacen los alumnos al momento de elaborar su tesis de grado” (Pág. 4). Sin embargo, cualquiera de los integrantes de la Comisión de Investigación y Postgrado del Consejo Académico, directores de tesis, jurados, etc.; pueden dar cuenta que el principal tema de investigación es el análisis del discurso y no el deporte.
Por último, es importante retrotraernos a las escasas discusiones que se dieron a fines de 2005 en Periodismo en momentos de la reforma del Plan de Estudios. En aquel entonces, en ninguna instancia y por parte de ningún actor institucional se dio cuenta de esta gran demanda. El periodismo deportivo no fue uno de los ejes de debate en la reforma del Plan de Estudios, sin embargo ahora, a sólo dos años después, pareciera ser un reclamo desbordante.
En tercer lugar, la forma que tomó la discusión –o mejor dicho, la falta de ella- se orientó permanentemente a negar la participación de los sectores políticamente opositores al Decanato de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, a la marginación de la mayoría de los actores de la institución (docentes, graduados, estudiantes y no docentes) y al permanente ocultamiento de información.
Este proceso se inicia en el mes de febrero de 2007. En sesión ordinaria de Consejo Académico se presenta por parte de la Agrupación Rodolfo Walsh la propuesta de creación de una comisión ad hoc del Consejo Académico que discuta la creación de la carrera Periodismo Deportivo y elabore un proyecto para ello. Esta comisión tal y como lo marca el Estatuto de la UNLP debería conformarse con tres docentes, dos estudiantes y un graduado, y –tal y como es el mecanismo en Periodismo- debería ser llamada a reunión por intermedio de Secretaría Académica. Esta propuesta es aprobada de forma unánime.
Sin embargo, en sesión de Consejo Académico del mes de julio se da cuenta por parte de esta misma organización estudiantil que dicha comisión, al cabo de cinco meses, no se ha reunido. Desde el Presidente del Consejo, el Decano Alejandro Verano, se indica que en la semana entrante Secretaría Académica va a estar llamando a la conformación de dicha comisión.
Nuevamente, lo establecido en Consejo Académico no fue llevado adelante por la Secretaría Académica y la Facultad.
Pasando por encima de los mecanismos que el mismo Consejo Académico había establecido unánimemente para la creación del proyecto, en septiembre es presentado en Comisión de Enseñanza un “Proyecto Formativo de la Tecnicatura en Periodismo Deportivo”. En esa misma instancia se especifica que era producto de las distintas reuniones que habían tenido autoridades, graduados, periodistas deportivos de la región, docentes de institutos privados de Periodismo Deportivo y estudiantes.
Así las cosas, la comisión ad hoc del Consejo fue, como se dice vulgarmente, paralelada por ésta otra. Esto tuvo una lógica y única intención: eliminar del proceso de discusión y resolución a la oposición de la gestión de la Facultad, principalmente a la minoría estudiantil y al Centro de Estudiantes.
El proyecto comienza a ser discutido en esa reunión de Enseñanza y se prevé su continuación en una futura reunión.
En la segunda de las reuniones se resuelve un dictamen único por el que se acordaban los siguientes pasos para la elaboración de una propuesta: el armado de una Comisión Organizadora cuya tarea sería convocar a unas “Jornadas de Discusión sobre Periodismo Deportivo”, y a Asambleas por Claustro, espacios en los que se irían delineando las propuestas que confluirían en un Espacio Interclaustro, donde se elaboraría el proyecto para ser elevado a la Comisión de Enseñanza que, finalmente, elaboraría el dictamen que el Consejo Académico trataría.
Esta Comisión Organizadora tendría un carácter abierto, incluyendo entre sus integrantes a la Comisión Ad Hoc del Consejo que nunca se reunió y a la Comisión paralela que elaboró el proyecto formativo. Una vez más, este espacio nunca es convocado por Secretaría Académica y la Facultad.
A pesar de esto, en la siguiente sesión del Consejo Académico, el Vicedecano Claudio Gómez presentó sobre tablas la constitución de una Comisión Ejecutora que resolvería el proyecto de la Tecnicatura en Periodismo Deportivo.
Ante estas dos propuestas, se logra consensuar una tercera: el armado de una Comisión Organizadora que, respetando los tiempos de deliberación y decisión de cada claustro, abriría el debate e iría elaborando una propuesta que debería volver a Comisión de Enseñanza, para ser tratada y elevada a Consejo Académico.
Una vez más, esta comisión que fue creada por el Consejo Académico nunca fue convocada por Secretaría Académica y la Facultad.
Sin embargo, durante las dos semanas siguientes se pudieron observar afiches institucionales promocionando charlas debate sobre Periodismo Deportivo y la creación de la carrera. Estas mismas actividades eran presentadas como propias por la Agrupación Rodolfo Walsh.
Mientras desde la representación en minoría del claustro estudiantil y el Centro de Estudiantes esperabamos la conformación de la Comisión Organizadora, fuimos citados de un momento a otro a un Consejo Académico Extraordinario que tendría como único punto de resolución la creación de la “Tecnicatura Universitaria en Periodismo Deportivo”.
Entendemos que fue una provocación política al claustro estudiantil en su conjunto la citación para el día 6 de Noviembre a las 17 hs. en la Sede de Calle 4, ya que se realizó a horas del comienzo de las elecciones de representantes estudiantiles a Centro y Claustro, que se llevó a cabo durante los días 7, 8 y 9 de dicho mes. Aún más, teniendo en cuenta que el Consejo al que se nos convocó fue de carácter extraordinario, y que todavía restaban dos sesiones más del Ciclo Lectivo 2007, la de noviembre y la de diciembre, no entendemos y no compartimos el apuro por la aprobación de dicho expediente.
Por otro lado, el orden del día con el que se citó a ese Consejo Extraordinario no era el resultante del debate realizado en la última sesión del Honorable Consejo Académico, como así tampoco fue tenido en cuenta el dictamen de la Comisión de Enseñanza.
Ninguno de estos pasos fue respetado, desconociéndose así las instancias institucionales que la propuesta de “Carrera de Tecnicatura” debía recorrer para poder ser tratada en Comisión de Enseñaza y, mediante un dictamen favorable, poder recién entonces ser elevada y aprobada en el Consejo Académico.
Por esta razón, el expediente que hoy se está tratando no tiene ningún dictamen de la Comisión de Enseñanza, es decir, no se le permitió a esta Comisión recomendar o no la aprobación de este proyecto.
Tal fue el apuro por aprobar el expediente que se desconocieron las mismas instancias institucionales que las autoridades de esta Facultad dicen defender.
A su vez, no comprendemos qué negociados giran entorno a esta Tecnicatura, que no permite construir la formación del periodista deportivo en el marco de una especialización gratuita o contenido en la carrera de grado enmarcada en una orientación o licenciatura.
Es curioso observar como en la sesión Extraordinaria que aprobó el proyecto en ningún momento se intento mantener –salvo por parte de la minoría estudiantil- un debate sobre las implicancias de la creación de este tipo de carreras, sobre contenidos, correlatividades, estructura de la carrera, implementación, etc. Los únicos elementos que se abordaron desde el resto de los consejeros y el Decano fue sobre la necesidad de disputarle la formación de Periodistas Deportivos a los Institutos Privados, que la carrera se crea por la gran demanda y que es gratuita. Esos fueron los únicos ejes en torno a la Tecnicatura que se abordaron, dejando todos los demás de lado. Los otros elementos en los que más énfasis se hizo fueron en torno a la situación política del claustro estudiantil, más específicamente a la reforma del estatuto del Centro de Estudiantes, y en torno a la posición política de la actual conducción del Centro de Estudiantes en 2005 durante la reforma del Plan de Estudios.
En ningún momento se discutió en alguna instancia institucional el proyecto presentado. Es curioso que el mismo proyecto que en septiembre se dio a conocer en Comisión de Enseñanza como “Proyecto Formativo” sea exactamente el mismo que hoy este Consejo Superior está tratando. Si era un proyecto formativo, suponía el complemento del mismo del fruto de la discusión entre los actores institucionales de la Facultad. Las autoridades presentaron estas charlas-debate que realizaron por fuera de los marcos establecidos y con ejes de discusión distintos a los propuestos por la Comisión de Enseñanza y el Consejo Académico, como el complemento y la discusión del Proyecto Formativo. Sin embargo, el hecho que el proyecto formativo haya resultado ser el que hoy se trata demuestra la falsedad de los argumentos esgrimidos por el Decano y sus consejeros académicos afines.
En cuarto lugar, creemos que la forma de implementación de la carrera debe ser discutida y resuelta conjuntamente con la creación de la carrera, y no debe ser abordada a medida que se va desarrollando la Tecnicatura.
Entre los puntos que creemos necesarios resolver se encuentran los que se detallan a continuación:
o Recursos económicos, materiales y humanos: la creación de una nueva carrera y el consecuente aumento de la matrícula de la Facultad, implica la creación de nuevos cargos, la realización de concursos docentes, la necesidad de más no docentes y el aumento de los recursos materiales. Sin embargo, es incierto de qué modo afrontará estos gastos la Facultad con el presupuesto que actualmente le destina la Universidad en base a lo que a su vez percibe del Estado.
Es significativo que este proyecto no haya sido sometido a la Comisión de Economía y Finanzas del Consejo Académico de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Asimismo, el dictamen único de la Comisión de Economía y Finanzas del Consejo Superior sostiene que para la implementación de la carrera, la Universidad no destinara nuevos fondos a la Facultad, la que deberá afrontar con su ya escaso presupuesto la apertura de la Tecnicatura.
Actualmente, el espacio áulico con que cuenta la Facultad es insuficiente y esta situación no encontrará su solución hasta en tanto y en cuanto no se disponga de todas las instalaciones previstas para Periodismo en su nueva sede del bosque. Hay que recordar que el edificio que se estará inaugurando este viernes 21 sólo contempla la primera etapa de la construcción, la que en disposición de aulas no es significativamente mayor con la que cuenta el edificio “Miguel Brú” de calle 4 entre 43 y 44.
Hay un antecedente fuerte que marca la necesidad de discusión y resolución de estas cuestiones de forma previa: en 1999 se creó la Tecnicatura en Turismo en la Facultad de Ciencias Económicas y ante la gran cantidad de inscriptos esa Unidad Académica se vio desbordada al no contar con los recursos humanos, materiales y económicos necesarios.
o Cargos docentes: no hay certidumbre alguna sobre cómo serán provistos los nuevos cargos docentes. SI bien hay varias materias de la Tecnicatura que existen en el Ciclo Común del actual Plan de Estudios, hay otras nuevas que deberán conformar su plantel docente. Asimismo, el aumento de la matrícula supondría el aumento de los cargos docentes en las cátedras ya existentes. Estamos convencidos que los cargos docentes deben ser provistos por medio de la realización de concursos docentes transparentes y democráticos previamente al comienzo de las clases.
o Término de la carrera: aún no está definido si la Tecnicatura tendrá una duración a término (es decir, con una inscripción de sólo un año) y tendrá su inscripción en los sucesivos años. No es un elemento menor, ya que condiciona las condiciones de cursada. Estas situaciones ya tienen su realidad en algunas de las extensiones áulicas con que cuenta la Facultad, en donde al no haber renovación de los convenios con los Municipios o privados, el estudiante se encuentra obligado a aprobar todas y cada una de las materias en los tiempos ideales que marca el Plan de Estudios, ya que no hay certeza alguna de si podrá o no cursar esa materia al año siguiente.
o Políticas de Extensión Universitaria e Investigación: es necesario definir de qué forma se abordará el deporte como campo de conocimiento académico desde la Extensión Universitaria y la Investigación.
o Articulación entre las carreras ya existentes y la Tecnicatura: la creación de una carrera de esta naturalidad tendrá sus diferentes implicancias en la vida institucional. Así entonces, ¿qué pasará con la Licenciatura y el Profesorado que ya se dictan conviviendo académicamente con la Tecnicatura en Periodismo Deportivo? Además, todavía no se ha definido si aquellas materias que sean comunes al actual Plan de Estudios y la Tecnicatura, tendrán cursadas únicas con estudiantes tanto de la licenciatura, profesora y Tecnicatura; o si habrá cursadas especificas para los estudiantes de Periodismo Deportivo.
Todas estas son cuestiones que hacen a la discusión y no deben quedar libradas al azar, sino que deben ir de la mano de la aprobación de la Tecnicatura en si.
Que las autoridades de la Facultad de Periodismo y aquellos consejeros académicos que aprobaron la Tecnicatura, no quieran abordar la implementación no un error inocente que comenten. Todo este terreno de incertidumbres le allana el camino a la gestión de Periodismo para implementar la Tecnicatura Universitaria en Periodismo Deportivo a gusto y placer.
Así se facilitaría el uso de los cargos docentes como prebenda política y direccionamiento del claustro docente. Al no existir concursos docentes, estos deberán ser designados por el Consejo Académico en donde la gestión de la Facultad tiene la amplia mayoría. Con esto, utilizarán las designaciones para garantizarse una planta docente fiel a su política y para bloquear cualquier tipo de oposición dentro del Claustro de Docentes.
En cuanto a las prácticas profesionales, la apertura de esta Tecnicatura, bajo las demandas del mercado, servirá para que la Facultad lucre aún más con lo que, so pretexto Extensión Universitaria, son los “servicios a terceros”. En este caso, servicios tiene su sinónimo en dinero y terceros en empresas.
Teniendo en cuenta todos estos elementos que en este momento ponemos en común, es que votamos por el dictamen por minoría elaborado en la Comisión de Enseñanza del Consejo Superior e invitamos al resto de los integrantes del Cuerpo a seguir nuestra posición, para que el expediente retorne a la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, y se respeten los espacios constituidos desde la Comisión de Enseñanza de dicha Unidad Académica para la elaboración del proyecto, el que debe ser producto de la discusión confraterna de la mayoría de los elementos que conformamos la Universidad: docentes, graduados, estudiantes y no docentes.
Proponemos también optar por el dictamen por minoría de Enseñanza porque comprendemos que las Tecnicaturas son una de las herramientas que el Banco Mundial, a través de la Ley de Educación Superior, utilizó para desarmar la Educación Superior, supeditándola y adaptándola a las demandas del Mercado Laboral, por medio de la degradación del título de grado. Proponemos su rechazo porque entendemos que hay que defender la Educación Pública y no degradarla.
C.E.P.y.C.S.
Centro de Estudiantes de Periodismo y Comunicación Social
F.U.L.P.
Federación Universitaria de La Plata
martes, 4 de diciembre de 2007
jueves, 29 de noviembre de 2007
viernes, 23 de noviembre de 2007
RESPUESTA AL PROFESOR DE HISTORIA DE LAS IDEAS
Antes de comenzar a inmiscuirme en algunos de los puntos abordados por usted y otros que se me vienen tocar, valga una precisa aclaración: más allá de pertenecer a la “fuerza política estudiantil” Colectivo de Trabajo-CAUCE (Corriente de Agrupaciones Universitarias Contra la Explotación), las palabras aquí vertidas son de mi entera responsabilidad, no es de ningún modo alguno una posición del espacio, si bien –seguramente- mis compañer@s coincidirían en la mayoría de lo que aquí expuesto por mi.
En primera instancia, saludo que desde uno “de los actores que habitan los espacios institucionales” haya una profunda preocupación “por el complejo panorama que se vive en los últimos tiempos” en la Universidad. La cuestión de las extensiones, en su más extenso tratamiento, es parte integrante de ese panorama.
Ahora bien, invito a usted a continuar profundizando su participación “como miembro activo y comprometido con la realidad universitaria” (me tomé el atrevimiento de cambiarle el número a sus primeras líneas de “Lo aceptamos y nos rendimos”). Entiendo que hay otras problemáticas que también merecerían su dedicación. I
ntuyó que no hace falta describirlas, ya que usted, desde su posición (hombre de años en la UNLP, integrante de espacios políticos en dos unidades académicas, “representante” docente en el Honorable Consejo Académico de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, etc.) las debe conocer y muy bien. Sin embargo, me permitiré un laxo y menudo punteo: actual conflicto de los trabajadores “no docentes” (las comillas son por una apatía a la denominación que recibe ese claustro), vaciamiento político (que es un fenómeno que excede a la Universidad) , falta generalizada de concursos docentes (Periodismo es un gran paradigma en el caso, más allá que, intuyo, usted y yo no compartimos la versión oficial –que no hay reforma del plan de estudios- del por qué no los hay), reforma de la legislación bajo la cual se enmarca la educación superior, insuficiente y mala distribución del presupuesto universitario (le sumo la falta de democratización en la discusión de su distribución, fenómeno que no sólo se da en el ámbito de la UNLP sino también en cada una de las facultades), la formación y perfil del egresado, las administraciones corruptas, la noción y rol de la “extensión” universitaria (“extensión”, otro término a revisar) e investigación, la falta/ineficacia de políticas institucionales para contener a los estudiantes en la Universidad, los títulos intermedios o Tecnicaturas que degradan los títulos de grado y la educación superior, la crisis institucional desatada desde los diferentes procesos de democratización, entre algunos de los ejes fundamentales que se me vienen en este momento.
Supongo que tanto a usted como a mí, nos debe preocupar que los únicos de estos puntos abordados con fervorosidad por el cuerpo docente (o más bien por lo que nosotros damos en llamar “camarilla docente”, es decir, aquella capa burocrática que, amparándose en un poder divino de representación, toma las directivas) de nuestra Facultad en los últimos dos años hayan sido sólo tres: fracaso de la reforma del Plan de Estudios (poniendo más énfasis incluso que sobre la propia reforma y su “proceso”), toma del edificio por parte de la conducción del Centro de Estudiantes ante la elección de decano (discusión que no contuvo proyecto de gestión, necesidades y perspectivas de la Facultad, etc.) y reforma del estatuto del Centro (en el sólo punto de las extensiones, sin abordar el complejo entramado de las diferentes problemáticas con las que conviven docentes y estudiantes en ellas, y no haciendo una sola mención al otro punto fuerte de la reforma: la abolición de las figuras jerárquicas).
La verdad me preocupa y mucho. O estamos ante un cuerpo/camarilla docente con una propuesta de discusión político-acadé mica decadente o convivimos ante una sistemática disputa contra un sector organizado estudiantil (lo cual es términos políticos, no está mal). Sin embargo, una u otra son igualmente tristes, desde donde se lo visualice.
¿Por qué no se hace mención a algunos de los ejes que detallé anteriormente? ¿? Aquí es donde me permito resignificar su tesis central (la aceptación y rendición). ¿Será acaso que el plantel docente ha aceptado y se ha rendido a protagonizar luchas contra esta institución que construye un conocimiento predilecto y funcional al proyecto hegemónico de la sociedad actual, que refuerza el sistema productivo capitalista, que maximiza la acumulación de capital y legitima ideológicamente un sistema y ese funcionamiento? ¿Ha aceptado y se ha rendido en luchar, junto a otros sectores, por un sueldo digno, porque tod@s los que realizan tareas de docentes sean remunerados por ello? ¿Será acaso que son actores de una generación exterminada política, e incluso, físicamente; y que -al igual que en tiempos de Onganía y Videla-, se muestran inertes ante la inexistencia de concursos docentes que refuerzan día a día el pensamiento único, la inmovilidad de una planta docente afín a los intereses de los grupos de poder?
¿Será que se lo han aceptado, se han rendido, y por ello creen que el único triunfo político que pueden obtener es disputarle a una organización estudiantil compuesta por una veintena de veinteañeros? La derrota, por lo visto, fue muy dura. Una lastima. Una pena. Una vergüenza.
Me sigue sorprendiendo el tan bajo poder analítico que tienen much@s de los docentes que son parte de la gestión, usted incluido.
Repasemos: usted considera, muy elegantemente –debo admitirlo- que no sabemos hacer política. En esta misma línea de acción, se inscriben aquell@s que consideran que nuestras herramientas de construcción no son otras que la ruptura de espacios institucionales, en base a clausurar discusiones, en tirar sillas, en mentir a nuestr@s propi@s compoñer@s, en base a “hacernos la víctima”, en sólo criticar y no proponer. Esto no es tan preocupante o nos quita el sueño, después de todo.
Lo que si preocupa de esas posiciones miserables, de tan bajo poder analítico –insisto- es que se está subestimando a l@s estudiantes de esta Facultad. Están subestimando al 40% de ell@s que nos eligen no sólo en una urna, sino que nos acompañan en muchas de las actividades que proponemos y emprendemos, de es@s compañer@s que protagonizaron dos asambleas de más de 400 asistentes, de l@s que llenan las comisiones de trabajo, de l@s que se ponen de pie ante cada atropello a la educación, de los que salen a la calle por justicia, dignidad y trabajo, de los que siguen exigiendo al gobierno la aparición con vida de López. A ellos, sobre todo, los subestiman, sepan, no a nosotros.
Pero estamos agradecidos de esos análisis mezquinos y la forma que actúan en base a ellos. Después de todo tan mal no nos fue en este tiempo, mientras ustedes nos catalogaban de todo eso sin saber cómo actuar para detener este proceso que se está dando desde hace algunos años. Eso nos permitió barrer con el PJ estudiantil en Periodismo, con el radicalismo en Arquitectura y el mismo camino estamos emprendiendo en Derecho. Eso nos permitió posicionarnos como un actor vital en la vida institucional de la Facultad, la Universidad y la FULP. Estamos plenamente agradecidos, sépanlo.
Otra observación que me permito hacerle, una nueva manifestación de preocupación. Usted permanentemente se refiere a nuestro claustro como “alumnos”. Me apresuro en acusarla como una consideración nada inocente.
Con alumno (sin-luz) usted niega que todo conocimiento es una producción social e histórica, que todo saber es la expresión práctica (y la reflexión sobre la misma) de diferentes colectivos sociales. Intelecto general le llamaría Marx. Usted nos niega a los estudiantes como sujetos de conocimiento, como productores de saberes, más allá del rol que hoy nos quiere asignar la institución educativa en la cual nos encontramos, el Estado y el Capital.
En fin. Podría hacer alguna que otra referencia a cuestiones referidas puntualmente por usted en su escrito. Intuyo que sería una discusión en vano. ¿Vale discutir con usted el por qué nuestro de la reforma? Usted dice que no quiere profundizar en las razones de la falta de apoyo electoral a las agrupaciones que no son la Walsh, ¿discutiremos los por qué? Son por demás evidentes. ¿Normales/anormales? ¿Había quórum? ¿Militantes de otras facultades? ¿Rendición?
Ahora si, concluyo. Seguramente este intento de respuesta podría haber tenido más altura política y académica. Soy un alumno, sepa entender.
Con el mayor de los respetos,
En primera instancia, saludo que desde uno “de los actores que habitan los espacios institucionales” haya una profunda preocupación “por el complejo panorama que se vive en los últimos tiempos” en la Universidad. La cuestión de las extensiones, en su más extenso tratamiento, es parte integrante de ese panorama.
Ahora bien, invito a usted a continuar profundizando su participación “como miembro activo y comprometido con la realidad universitaria” (me tomé el atrevimiento de cambiarle el número a sus primeras líneas de “Lo aceptamos y nos rendimos”). Entiendo que hay otras problemáticas que también merecerían su dedicación. I
ntuyó que no hace falta describirlas, ya que usted, desde su posición (hombre de años en la UNLP, integrante de espacios políticos en dos unidades académicas, “representante” docente en el Honorable Consejo Académico de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, etc.) las debe conocer y muy bien. Sin embargo, me permitiré un laxo y menudo punteo: actual conflicto de los trabajadores “no docentes” (las comillas son por una apatía a la denominación que recibe ese claustro), vaciamiento político (que es un fenómeno que excede a la Universidad) , falta generalizada de concursos docentes (Periodismo es un gran paradigma en el caso, más allá que, intuyo, usted y yo no compartimos la versión oficial –que no hay reforma del plan de estudios- del por qué no los hay), reforma de la legislación bajo la cual se enmarca la educación superior, insuficiente y mala distribución del presupuesto universitario (le sumo la falta de democratización en la discusión de su distribución, fenómeno que no sólo se da en el ámbito de la UNLP sino también en cada una de las facultades), la formación y perfil del egresado, las administraciones corruptas, la noción y rol de la “extensión” universitaria (“extensión”, otro término a revisar) e investigación, la falta/ineficacia de políticas institucionales para contener a los estudiantes en la Universidad, los títulos intermedios o Tecnicaturas que degradan los títulos de grado y la educación superior, la crisis institucional desatada desde los diferentes procesos de democratización, entre algunos de los ejes fundamentales que se me vienen en este momento.
Supongo que tanto a usted como a mí, nos debe preocupar que los únicos de estos puntos abordados con fervorosidad por el cuerpo docente (o más bien por lo que nosotros damos en llamar “camarilla docente”, es decir, aquella capa burocrática que, amparándose en un poder divino de representación, toma las directivas) de nuestra Facultad en los últimos dos años hayan sido sólo tres: fracaso de la reforma del Plan de Estudios (poniendo más énfasis incluso que sobre la propia reforma y su “proceso”), toma del edificio por parte de la conducción del Centro de Estudiantes ante la elección de decano (discusión que no contuvo proyecto de gestión, necesidades y perspectivas de la Facultad, etc.) y reforma del estatuto del Centro (en el sólo punto de las extensiones, sin abordar el complejo entramado de las diferentes problemáticas con las que conviven docentes y estudiantes en ellas, y no haciendo una sola mención al otro punto fuerte de la reforma: la abolición de las figuras jerárquicas).
La verdad me preocupa y mucho. O estamos ante un cuerpo/camarilla docente con una propuesta de discusión político-acadé mica decadente o convivimos ante una sistemática disputa contra un sector organizado estudiantil (lo cual es términos políticos, no está mal). Sin embargo, una u otra son igualmente tristes, desde donde se lo visualice.
¿Por qué no se hace mención a algunos de los ejes que detallé anteriormente? ¿? Aquí es donde me permito resignificar su tesis central (la aceptación y rendición). ¿Será acaso que el plantel docente ha aceptado y se ha rendido a protagonizar luchas contra esta institución que construye un conocimiento predilecto y funcional al proyecto hegemónico de la sociedad actual, que refuerza el sistema productivo capitalista, que maximiza la acumulación de capital y legitima ideológicamente un sistema y ese funcionamiento? ¿Ha aceptado y se ha rendido en luchar, junto a otros sectores, por un sueldo digno, porque tod@s los que realizan tareas de docentes sean remunerados por ello? ¿Será acaso que son actores de una generación exterminada política, e incluso, físicamente; y que -al igual que en tiempos de Onganía y Videla-, se muestran inertes ante la inexistencia de concursos docentes que refuerzan día a día el pensamiento único, la inmovilidad de una planta docente afín a los intereses de los grupos de poder?
¿Será que se lo han aceptado, se han rendido, y por ello creen que el único triunfo político que pueden obtener es disputarle a una organización estudiantil compuesta por una veintena de veinteañeros? La derrota, por lo visto, fue muy dura. Una lastima. Una pena. Una vergüenza.
Me sigue sorprendiendo el tan bajo poder analítico que tienen much@s de los docentes que son parte de la gestión, usted incluido.
Repasemos: usted considera, muy elegantemente –debo admitirlo- que no sabemos hacer política. En esta misma línea de acción, se inscriben aquell@s que consideran que nuestras herramientas de construcción no son otras que la ruptura de espacios institucionales, en base a clausurar discusiones, en tirar sillas, en mentir a nuestr@s propi@s compoñer@s, en base a “hacernos la víctima”, en sólo criticar y no proponer. Esto no es tan preocupante o nos quita el sueño, después de todo.
Lo que si preocupa de esas posiciones miserables, de tan bajo poder analítico –insisto- es que se está subestimando a l@s estudiantes de esta Facultad. Están subestimando al 40% de ell@s que nos eligen no sólo en una urna, sino que nos acompañan en muchas de las actividades que proponemos y emprendemos, de es@s compañer@s que protagonizaron dos asambleas de más de 400 asistentes, de l@s que llenan las comisiones de trabajo, de l@s que se ponen de pie ante cada atropello a la educación, de los que salen a la calle por justicia, dignidad y trabajo, de los que siguen exigiendo al gobierno la aparición con vida de López. A ellos, sobre todo, los subestiman, sepan, no a nosotros.
Pero estamos agradecidos de esos análisis mezquinos y la forma que actúan en base a ellos. Después de todo tan mal no nos fue en este tiempo, mientras ustedes nos catalogaban de todo eso sin saber cómo actuar para detener este proceso que se está dando desde hace algunos años. Eso nos permitió barrer con el PJ estudiantil en Periodismo, con el radicalismo en Arquitectura y el mismo camino estamos emprendiendo en Derecho. Eso nos permitió posicionarnos como un actor vital en la vida institucional de la Facultad, la Universidad y la FULP. Estamos plenamente agradecidos, sépanlo.
Otra observación que me permito hacerle, una nueva manifestación de preocupación. Usted permanentemente se refiere a nuestro claustro como “alumnos”. Me apresuro en acusarla como una consideración nada inocente.
Con alumno (sin-luz) usted niega que todo conocimiento es una producción social e histórica, que todo saber es la expresión práctica (y la reflexión sobre la misma) de diferentes colectivos sociales. Intelecto general le llamaría Marx. Usted nos niega a los estudiantes como sujetos de conocimiento, como productores de saberes, más allá del rol que hoy nos quiere asignar la institución educativa en la cual nos encontramos, el Estado y el Capital.
En fin. Podría hacer alguna que otra referencia a cuestiones referidas puntualmente por usted en su escrito. Intuyo que sería una discusión en vano. ¿Vale discutir con usted el por qué nuestro de la reforma? Usted dice que no quiere profundizar en las razones de la falta de apoyo electoral a las agrupaciones que no son la Walsh, ¿discutiremos los por qué? Son por demás evidentes. ¿Normales/anormales? ¿Había quórum? ¿Militantes de otras facultades? ¿Rendición?
Ahora si, concluyo. Seguramente este intento de respuesta podría haber tenido más altura política y académica. Soy un alumno, sepa entender.
Con el mayor de los respetos,
Facundo Suarez
Leg. 15.269/1
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