domingo, 17 de diciembre de 2006

AGENCIA NOVA: Clima de tensión en la FUBA

Panorama universitario

Clima de tensión en la FUBA

Los numerosos escándalos que se vienen generando en torno a la elección del decano en la Universidad de Buenos Aires, constituyen un signo de seria degradación institucional que incluye no sólo a la Casa de estudios, sino también a otras áreas del Estado.

La decisión de un núcleo de agrupaciones políticas de la FUBA de impedir el normal funcionamiento de la Asamblea Universitaria para elegir a la nueva autoridad, es un hecho vergonzoso, y esto sucede en marco de concepciones autoritarias y de desprecio por las normas de funcionamiento de la Universidad.

Hace ya un año que existe un clima de tensión y de asambleas tomadas, pero todavía hay un candidato que sobrevivió a pesar de ser el blanco de las protestas, y decidió continuar con su objetivo de reemplazar a Guillermo Jaim Etcheverry, se trata del decano de la Facultad de Derecho, Atilio Aníbal Alterini.

Alterini, fue rechazado por la FUBA, por haber sido funcionario de la dictadura militar. Entre los años 1981 y 1982 ocupó el cargo de Director General de Asuntos Jurídicos de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, para el cual fue designado por Osvaldo Cacciatore,

Ahora bien, la conducción de la FUBA, compuesta por partidos de izquierda, esperaron durante todo el año que la figura de Alterini se debilite, pero es más que claro que su máximo objetivo a largo plazo es reformar los estatutos y el sistema de representación de la Asamblea que hoy además impide participar de la elección del rector a la mayoría de los docentes y a la totalidad de los no docentes.

Pero el decano de la Facultad de Derecho, cuenta a su favor, además de las agrupaciones estudiantiles como la resurgida Franja Morada y del sindicato de trabajadores no docentes de la universidad (APUBA), con el apoyo del juez de la Corte Eugenio Zaffaroni, del Premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y por eso motivo sería el “triunfador” cuando se pueda realizar la Asamblea Universitaria.

Parece que esta novela finalmente tendrá su capitulo final, ya que el vicerrector de la Universidad de Buenos Aires, Aníbal Franco, anunció que se firmó una resolución por la que convocará a la asamblea para elegir rector este lunes en el Congreso de la Nación, al recibir un petitorio suscripto por unos 140 asambleístas (decanos, profesores, graduados y alumnos). Dará, así, legitimidad a la decisión que había adoptado el Consejo Superior en la sesión cuestionada por la conducción de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA).

El petitorio es una de las tres opciones que fija el estatuto de la universidad para convocar la asamblea, como está previsto en el artículo 90 del reglamento de la UBA.

En sus tres incisos, el citado artículo 90 del estatuto define que la asamblea puede ser convocada por el Consejo Superior o a pedido de un tercio de los miembros de la asamblea. Y si no es convocada por alguna de estas vías podrá estar en condiciones de autoconvocarse y sesionar con el quórum de la mayoría absoluta de sus miembros.

No es difícil adivinar lo que sucederá en el conclave, por supuesto que la dirigencia de la FUBA estará en pie de guerra e insistirá en frustrar la normalización institucional y en exigir la modificación del estatuto de la universidad antes de elegir rector.

Despedida de fin de año

Por otra parte, el próximo martes se llevará a cabo la última sesión del consejo superior de la Universidad Nacional de La Plata, luego que se frustrará la reunión esta semana.

Todos esperan que ese día, los integrantes del Concejo sean apuntados para que los estudiantes de izquierda se manifiesten en contra del dictamen de la junta electoral de la UNLP, que rechazó la denuncia de los militantes de Periodismo (La Redonda).

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